
Lo conocimos hace unos meses, pero el Freedom 251, de Ringing Bell, no se ha puesto hasta ahora la venta. El nombre de este modelo está basado en su precio: 251 rupias, la moneda de la India. Al cambio serían unos 3,6 euros, por lo que podríamos decir que es el smartphone más barato del mundo.
Obviamente, con ese precio no ofrece unas prestaciones de última generación, pero sí bastante razonables para que una buena parte de la enorme población hindú (más de 1.200 millones de habitantes) pueda acceder comunicarse gracias a los smartphones.
El Ringing Bell Freedom 251 integra una pantalla de 4 pulgadas con resistencia IPS, una resolución qHD (960 × 540 píxeles) y un procesador de cuatro núcleos que trabajan a una velocidad de 1,3GHz.

En lo que respecta a la memoria, el Freedom 251 tiene 1GB de RAM y 8 de almacenamiento interno ampliable mediante tarjetas de memoria micro SD de hasta 32GB.
En cuanto a las cámaras, la frontal es de tipo VGA y la trasera alcanza 3,2MP de resolución.
El Freedom 251 es un modelo dual SIM, 3G y con una batería de 1.450mAh.
Este mismo fabricante local, Ringing Bell, ya había apostado por otro smartphone más avanzado, el Smart 101, un equipo de 5 pulgadas, 4G y cámara de 8MP, pero su precio, de unos 40 euros al cambio, no está al alcance de buena parte de este mercado, donde las clases bajas sobreviven con poco más de 150 rupias diarias.
Las fábricas de móviles de India, una alternativa a las de China
El hindú no sólo es un mercado interesante por la cantidad de población que tiene, sino porque su tecnología cada vez está ganando más peso como alternativa a la manufacturación china.

Intex, una de las marcas hindúes más conocidas, acaba de desembarcar en España haciendo gala de su procedencia y ofreciendo no sólo precios razonables, sino también un mayor plazo de garantía: cuatro años.
Por el momento la presencia de los productos tecnológicos fabricados en India son testimoniales en comparación con los de China, pero poco a poco pretenden hacerse un hueco.



