
24/10/2014.- A nadie le gusta perder dinero. Pero si la cifra de la que hablamos es de 68 millones de euros, imaginamos que la sensación no debe ser nada agradable. Porque esa es la cantidad que compone el bonus que tres directivos de Ono se han dejado por el camino tras haber sido acusados de fraude fiscal.
Según El Confidencial, Vodafone ha tomado la decisión tras comprobar que José María Castellano (presidente), Rosalía Portela (consejera delegada) y Carlos Sagasta (director financiero), miembros de la cúpula directiva de la cableoperadora española, eran conscientes de la operativa ilegal a través de la cual inflaron la cifra de ventas de Ono antes de ser comprada por la marca británica por 7.200 millones de euros.
En el caso de los 2 primeros, debían haber percibido una bonificación de 25 millones cada uno, y de 15 millones para el tercero. Los 3 millones restantes corresponden a Guillermo Mercader, ex-responsable del negocio residencial.
La auditora Deloitte está siendo la encargada de analizar al detalle las cuentas de Ono, auditoría interna del tipo forensic mediante (es decir, cuyos resultados pueden ser llevados delante de un tribunal), y espera poder demostrar la magnitud del fraude gracias al requisamiento de los ordenadores portátiles de los altos directivos. El informe de la compañía, sumado a las recomendaciones del bufete de abogados DLA Piper, encargados de llevar el caso, han sido determinantes a la hora de tomar la decisión por parte de Vodafone.

La trama de sociedades fraudulentas facturaba a Ono unos 250 millones de euros que salían a la luz cuando convenía para incrementar sus ventas o beneficios operativos para conseguir, por ejemplo, una mayor valoración de la compañía de cara a su venta, cosa que ocurrió en el momento que se comenzó a negociar con Vodafone.
Por el momento, la filial española del operador británico no ha querido hacer ninguna otra valoración al respecto, y habrá que estar atentos a cómo evoluciona la investigación.



