
n los últimos meses el precio del megavatio hora (MWh) está subiendo, con perdón del chiste malo, a la velocidad de la luz.
Tanto es así, que actualmente lo pagamos a unas seis veces que lo que costaba hace apenas un año. Y lo peor es que, según advierten los expertos, la tendencia no tiene visos de que vaya a cambiar.
Los informativos y los periódicos continuamente hablan del nuevo récord que bate este indicador, que ya se sitúa por encima de los 200 euros. De hecho, su precio fluctúa cada hora.
La consecuencia de esta escalada que no parece tener fin es el encarecimiento de la factura de la luz.
Pero, ¿qué se puede hacer para contener este gasto o rebajarlo en la medida de lo posible? Desde aluZina, la nueva zona de comercialización de energía de Movilonia.com, os damos algunos consejos y recomendaciones para pagar menos de luz:
1. Busca, compara y, si encuentras algo mejor, cámbiate
Haciendo exactamente el mismo uso es posible pagar menos (o más) con una comercializadora eléctrica u otra. Así que el hecho de comparar los precios de la potencia contratada y los KWh consumidos con una empresa u otra (o incluso con las distintas tarifas que tiene cada una) puede suponer un importante ahorro.
Además, conviene tener en cuenta que la electricidad es un servicio de suministro básico e imprescindible que hay que se abona todos los meses (o cada dos).
Tomemos como ejemplo el de una persona que reside en un piso y paga una media de 65 euros al mes. Hace una comparativa con otra opción y calcula un ahorro de 9 euros en cada factura. Inicialmente puede parecer poco y que quizás no merezca la pena. Sin embargo, ese importe acumulado a lo largo del año le supondría un ahorro acumulado de más de 100 euros.

A diferencia de las portabilidades que se hacen en los servicios de fibra y móvil, el proceso es mucho más sencillo. No se produce ningún corte en el servicio y se requiere la visita de ningún técnico.
Y para las personas a las que les da pereza o no tienen tiempo para estudiar cuál es la mejor alternativa, simplemente le tienen que adjuntar su última factura a nuestra compañera Luzía Green. Ella se encarga de todo de forma gratuita y sin compromiso. Compara con distintas comercializadoras y responde con la opción más adecuada en cada caso. Si se está de acuerdo, también se encarga del trámite del cambio (por supuesto, también sin coste).
2. Si no necesitas tanta potencia, redúcela
Hay una parte de la factura de la electricidad que es lo que se conoce como el término fijo. Esta parte se abona independientemente del consumo. Tanto es así, que en las segundas residencias hay que pagar este mínimo aunque todo esté desconectado y no se haga ningún uso durante meses.
Entonces, ¿cómo es posible ahorrar en este concepto? Ajustando la potencia. Conviene tener una cantidad adecuada, de forma que no resulte insuficiente. Pero que tampoco sobre demasiada.
Si está por debajo de lo necesario, sucederá lo que se suele denominar «saltar los plomos». Es decir, al utilizar varios electrodomésticos simultáneamente (por ejemplo, el aire acondicionado, la lavadora y el microondas), el limitador de potencia se desconecta e interrumpe el suministro.
Tampoco conviene tener contratada una potencia excesiva, ya que eso encarece la factura todos los meses de forma innecesaria.
Aumentar o reducir la potencia tiene un coste en ambos casos. Sin embargo, con el cambio de regulación del sector eléctrico que entró en vigor el 1 de junio de 2021 es posible llevar a cabo un par de modificaciones gratuitas hasta el 31 de mayo de 2022.
Otra de las novedades de esta nueva normativa es que ahora es posible disponer de dos potencias distintas, en lugar de solo una como antes.
Lo mejor es consultar con un electricista o con un especialista para conocer cuál es la cantidad más adecuada en cada caso.
3. Reemplaza las bombillas incandescentes y halógenas por luces led
En 2012 se prohibió la fabricación de nuevas bombillas tradicionales y en 2018 le llegó el turno a las halógenas. Sin embargo, se pueden vender hasta que se agoten las existencias. Y muchas casas todavía se iluminan con este tipo de lámparas.

Sustituirlas por iluminación led es caro inicialmente, pero compensa por el ahorro que se obtiene a medio y largo plazo, ya que consumen unas cinco veces menos.
Además, este tipo de bombillas no solo resultan mucho más eficientes, sino que generan mucho menos calor y son hasta ocho veces más duraderas.
4. Apuesta por los electrodomésticos de alta eficiencia energética
A la hora de adquirir un nuevo electrodoméstico es importante fijarse en la etiqueta de eficiencia energética. Si es A+, A++ o A+++ puede llegar a consumir hasta un 55% menos que un aparato convencional.
La Asociación Nacional de Fabricantes e Importadores de Electrodomésticos (ANFEL) señala que optar por un horno, lavavajillas, lavadora, secadora y frigorífico A+++ supone un ahorro anual de casi 1.200 kWh. Y eso, traducido a euros, son más de 200 euros cada 12 meses.
5. Hacer un uso eficiente de los electrodomésticos
Más allá de adquirir o renovar equipos eléctricos con etiqueta A+++, el uso que hagamos de ellos también puede suponer un ahorro en el consumo. Estos son algunos consejos que conviene tener en cuenta en la cocina:
- Frigorífico. ¿Cuándo crees que consume más? Aunque parezca contradictorio, cuanto más lleno esté, mejor conserva el frío. Si no tienes muchos alimentos, introduce un recipiente lleno de agua del grifo. Evita meter alimentos recién cocinados que todavía estén calientes. Y cuando abras la puerta para coger o dejar algún alimento, procura cerrarla en el menor tiempo posible.
- Vitrocerámica. Muchas veces la apagamos en el momento en el que los alimentos ya han terminan de cocinarse. Sin embargo, si eso se hace entre 5 y 10 minutos antes, el calor residual permite acabar la cocción. La comida se prepara antes si se utilizan tapaderas. De hecho, las ollas a presión reducen el consumo hasta en un 75% y los alimentos están listos en menos tiempo.

- Horno. Cada vez que se abre la puerta se pierden unos 25ºC. Por eso, conviene evitarlo si no es necesario. Recurre a la luz del horno para controlar el nivel de cocción. Y si tienes que abrir la puerta, ciérrala lo antes posible. Al igual que con la vitrocerámica, se puede apagar cuando quedan aún entre 5 y 10 minutos de preparación.
- Lavadora. Cuando la ropa no está muy sucia, opta por programas de lavado en frío o a baja temperatura. Eso implica un ahorro de hasta el 40% de energía eléctrica. No la pongas con poca carga, pero tampoco sobrepases la capacidad que recomienda el fabricante.
- Lavavajillas. Al ponerlo, recurre a los programas ECO. Lavan a una temperatura de unos 50ºC, más que suficientes para dejar limpia la vajilla.
6. Los aparatos en standby también consumen
Todos los aparatos que están enchufados consumen electricidad a pesar de que no se estén utilizando. Es el caso del cargador del móvil después de la batería haya alcanzado el 100%.
Es lo que se conoce como el modo standby. En muchos casos el dispositivo cuenta con un pequeño piloto que suele ser de color rojo. Lo tiene el televisor, el descodificador, el monitor del ordenador, muchas cafeteras…
Obviamente el gasto es mucho más bajo que cuando se están utilizando estos aparatos, pero conviene tener que en cuenta que permanecen en este estado de hibernación durante las 24 horas, los 7 días de la semana.
¿Cuánto implica tener todos estos aparatos en reposo? La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) calcula que ese consumo residual, acumulado a lo largo de todo el año en un hogar medio, suma unos 450 kWh.
7. Ni frío ni calor, sino la temperatura más adecuada
Los expertos en climatización recomiendan mantener una temperatura de entre 22 y 25ºC durante los meses de verano y entre 19 y 21ºC para los de invierno.
Hacer descender (o aumentar) cada grado centígrado implica un promedio de un 7% de consumo adicional. Por eso no conviene rebasar estos umbrales.
Y para conservar mejor la climatización, resulta esencial que la vivienda esté correctamente aislada.
Eso se puede conseguir con algunas acciones:
- Disponer de doble acristalamiento en las ventanas. También ayuda tener persianas y cortinas.
- Aprovechar las horas de sol en invierno para subir las persianas y abrir las cortinas (y lo contrario en verano).

- Purgar los radiadores en invierno para que el rendimiento sea mejor.
- Colocar burletes en las zonas inferiores de las puertas.

8. Desplaza el consumo de algunos electrodomésticos a las horas y días valle
Algunas comercializadoras disponen de un único precio para el kWh que aplican durante las 24 horas, los 7 días de la semana. Sin embargo, desde la entrada en vigor de los cambios que introdujo el Gobierno desde el 1 de junio de 2021, se establecen tres precios distintos que varían según el día y la hora.
Esto implica que, por ejemplo, utilizar el horno a 180ºC un miércoles entre las 13:00 y las 14:00 (tarifa punta), no cuesta lo mismo que hacerlo un poco más tarde (entre las 14:00 y 15:00, que es tarifa llana), que utilizarlo un sábado a cualquier hora (tarifa valle).
Por tanto, en la medida de lo posible, conviene modificar los hábitos de uso de ciertos electrodomésticos (lavadora, secadora, lavavajillas…) para aprovechar las horas y días valle (básicamente, por la noche y durante los fines de semana). 
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