
Este es el caso de Francisco Javier García Monedero. El joven trabajaba en una fábrica de equipos de climatización desde hacía un mes y medio. Tenía un contrato por obra con una empresa de trabajo temporal y el pasado 11 de mayo recibió un mesaje en su móvil, que decía: «Mañana no tienes que venir a trabajar. Ha finalizado tu contrato.»
Dos días más tarde, la ETT le llamó para ofrecerle otro puesto, pero Francisco Javier ya tenía otro trabajo.


