
Los inversores respondieron positivamente al rumor, ya que el precio superaba en más de un 30% el valor de mercado de Verizon, lo que hizo que durante una sesión sus títulos se revalorizasen nada menos que un 12%. Al día siguiente, cuando Vodafone ya había dicho que no la compraría, las acciones de Verizon siguieron apreciándose un 2,4% mientras que las de la operadora roja cayeron un 0,61%.
Por su parte, el Financial Times, citando fuentes financieras próximas a la operación, aseguró posteriormente que esta psoible compra se había planteado, aunque Vodafone no había presentado oficialmente su plan a Verizon, su socio en Estados Unidos.


