
Actualización 14/05/2018. Hay luz al final del túnel para Zte. En un mensaje publicado por Donald Trump, presidente de Estados Unidos, a través de su perfil oficial de Twitter, comunicado estar trabajando de manera conjunta con su homónimo chino, Xi Jinping, para solventar la situación del fabricante asiático:
«El presidente Xi, de China, y yo estamos trabajando juntos para darle a la compañía telefónica china Zte una manera de volver a los negocios rápido. Se han perdido demasiados trabajos en China. El departamento de comercio ha sido instruido para hacerlo», afirma el dirigente estadounidense.
President Xi of China, and I, are working together to give massive Chinese phone company, ZTE, a way to get back into business, fast. Too many jobs in China lost. Commerce Department has been instructed to get it done!
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 13 de mayo de 2018
Cortar por lo sano y dejar que amaine la tormenta. Esa es la reacción de Zte ante la sanción impuesta por Estados Unidos, que prohíbe suministrar componentes a la empresa china durante los próximos siete años. Pero, ¿cómo se ha llegado a este punto?
La historia arranca en 2012, cuando Zte se saltó la restricción de enviar mercancías países como Irán o Corea del Norte (estaba prohibido suministrar material a estos mercados). Los negocios entre ambos países fueron interceptados por Estados Unidos y en 2016 anunció importantes sanciones a Zte, entre las que se encontraba acotar el envío de componentes a la compañía china.
En aquel momento la sangre no llegó al río, y pocas semanas del anuncio de las sanciones, el Gobierno estadounidense que, por aquel entonces, estaba presidido por Barack Obama, alivió el paquete de restricciones comerciales. Zte obtuvo una valiosa prórroga para cumplir los compromisos en relación con sus negocios con Irán.

Pero no fue una moratoria gratuita. A cambio, el fabricante chino aceptó que en marzo de 2017 pagaría 890 millones de dólares (a los que se podrían sumar otros 300 millones adicionales) a modo de multa.

No solo eso. La empresa también aceptó tomar medidas contra los empleados que tuvieran una responsabilidad directa por haber quebrantado las restricciones establecidas con Irán. En concreto Zte se comprometió a despedir a cuatro altos cargos y sancionar a otros 35 trabajadores.
Pero la compañía no cumplió este último punto del acuerdo. Según Wibur Ross, secretario de comercio de Estados Unidos, la compañía pagó bonus a los empleados implicados en este conflicto.
«Zte engañó al departamento de comercio. En lugar de reprender a su personal y alta gerencia, Zte les recompensó. Este comportamiento deliberadamente dañino no puede ser ignorado», comentó Ross, en declaraciones recogidas por El País.
Y fue entonces cuando llegó el mazazo para Zte. Estados Unidos levantó el muro y prohibió a todas las empresas de este país la venta de componentes al fabricante chino durante siete años.
Una decisión que, además, llega en un momento delicado debido a la tensa relación comercial que tiene este mercado con China.
Las consecuencias del veto: Zte corta por lo sano

A pesar de que la inmensa mayoría de los fabricantes de tecnología tiene sus centros para manufacturar sus dispositivos en China, el país de las barras y estrellas juega un papel fundamental. Primero porque uno de los desarrolladores de chips más importantes del mundo, Qualcomm tiene alló su sede. Y segundo, porque también afecta a las aplicaciones de Google.
Es decir, con las sanciones que Estados Unidos impone a Zte, esta marca no puede emplear los procesadores Qualcomm en sus terminales e impide el acceso a Google Play, la tienda de aplicaciones y contenidos. Y esto es prácticamente imprescindible para su supervivencia fuera de su país natal.
En resumen, la situación es una tormenta perfecta que Zte ha decidido capear sin paños calientes: suspendiendo la venta de smartphones. No hay excepciones y desde que la medida fuera anunciada el 9 de mayo, se han paralizado las ventas de sus dispositivos tanto en las tiendas online como en establecimientos físicos.
También en España, donde ha desaparecido su página web. Y sus perfiles oficiales en redes sociales no se han vuelto a actualizar desde el 20 de abril. Aun así, la compañía asegura en un comunicado oficial tener la suficiente liquidez mientras busca la manera de levantar el veto.
En cualquier caso, a esta historia todavía le quedan muchos capítulos, aunque el futuro para Zte, como marca de smartphones, no parece, por el momento, demasiado halagüeño.
Vía: Reuters
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