
Según este análisis, pasamos casi un año de nuestra vida laboral hablando por teléfono, aunque son las mujeres quienes tienden a utilizarlo durante más tiempo, ya que superan a los hombres en casi dos meses de conversaciones.
La media de llamadas más largas suele alcanzar los 48 minutos y las parejas suelen ser los interlocutores con los que mantienen las conversaciones más largas.
En relación a las agendas, se suelen tener unos 40 contactos guardados pero sólo se llegan a utilizar habitualmente unos 10 de ellos. El resto de contactos suele pertenecer a esas llamadas que se evitan. Hasta un 68% de los encuestados admite que ha inventado alguna excusa para deshacerse de una llamada.
Algo más del 25% confiesa que la falta de batería o cobertura es la excusa más utilizada, mientras que el llegar tarde a una cita de trabajo o el estar conduciendo también destacan con un 12% del global.
Según el estudio, son las madres las que sufren más estas pequeñas mentiras, ya que un 25% ha declarado que en más de una ocasión se han visto en la situación de tener que evitarles la llamada.
Pero las excusas sobran para muchos. El 84% asegura que en ocasiones ignora completamente el teléfono si no quiere hablar con el emisor de la llamada.
Un 3% responde incluso aunque esté haciendo el amor
En el lado opuesto, también existe un grupo adicto a sus teléfonos, desesperados por responder a sus llamadas en cualquier lugar o situación. Así, uno de cada cuatro encuestados responden a sus llamadas mientras están en el baño y uno de cada cinco mientras está en la ducha.
En el lado más radical, se encuentra un 3% que reconoció haber descolgado una llamada mientras hacía el amor.
