
El fabricante chino de ordenadores abonará esta adquisición, valorada en 200 millones de dólares (unos 135 millones de euros), en efectivo y con acciones.
Rectificar es de sabios, ya que esta decisión estratégica permitirá a la multinacional con sede en Beijing y Morrisville, en Carolina del Norte, aprovechar las sinergias entre equipos informáticos y teléfonos móviles.
«Creemos que la convergencia de los dispositivos de Internet móvil y los ordenadores personales es una tendencia mundial», explicó Wong Wai Ming, responsable financiero de Lenovo.
