
Los votos en este caso son lo de menos, lo único que cuenta aquí son las galletas. Cuantas más consigas dar en el careto de tu rival, mejor que mejor. Puedes elegir entre zurrarle a Putin, a Gordon Brown, a Berlusconi, a ZP, a Angela Merkel… y sí, a Bush también.
Cada uno de ellos está personalizado y tiene sus puntos débiles, que el jugador debe averiguar para maximizar sus puñetazos y comprobar personalmente cuál de todos tiene la cara más dura.
