
25/11/2015.- «Cada bombilla LED del futuro podría ser usada como una alternativa súper-rápida al WiFi». Con estas palabras definió en un encuentro TED la tecnología LiFi su inventor, el profesor Harald Hass, de la Universidad de Edimburgo.
¿Qué es el LiFi? Básicamente, se trata de la tecnología llamada a sustituir al WiFi, ofreciendo velocidades de conexión 100 veces superiores.
Y no hablamos de expectativas que a saber si se llegarán a cumplir. Porque el avance ha sido probado, por fin, fuera del laboratorio, y los resultados obtenidos en un entorno real no podían haber sido más positivos. Algunas oficinas y fábricas de Tallin (Estonia) han sido los escenarios elegidos para tal fin, y en ellos se han obtenido una velocidad de transferencia de archivos de hasta 224Gbps.
¿Cómo funciona el LiFi? Se distingue del WiFi que ya conocemos en que no se vale de las ondas de radio para transportar los datos, si no que recurre a la luz visible (VLC: Visible Light Communication) para tal fin.
Así, las bombillas LED de las que antes hablaba su creador solo deben disponer de un modulador con el que transmitir datos sin que ello influya, lógicamente, en la función básica de dar luz. Los dispositivos receptores deberán tener instalado un fotodiodo receptor que permita la comunicación bidireccional.
El parpadeo producido por la bombilla, imperceptible para el ojo humano, es el que hace posible (a modo de código morse, por explicarlo de una forma burda y sencilla) la transmisión de datos hacia dichos fotodiodos.
Haas ya demostró años atrás que el parpadeo de la luz de una única bombilla LED era capaz de transmitir más datos que una antena de telefonía; algo que ha quedado corroborado con las pruebas realizadas en Estonia.
Utilidad para un futuro mejor
Todos estos números, especulaciones y pruebas quedan muy bien sobre el papel, pero, ¿qué posibilidades ofrece la tecnología LiFi?
Obviamente, un usuario que a día de hoy no precise más allá de una conexión ADSL de 20Mbps en el hogar poco interés podría tener en este avance, pero teniendo en cuenta la creciente popularidad de los paquetes convergentes en los que la visualización de contenidos en streaming está comenzando a dar sus primeros pasos; o la llegada de dispositivos móviles capaces de grabar vídeos en calidad 4K, queda claro que una buena velocidad de conexión se antoja imprescindible. Y eso por no hablar del Internet de las cosas.
Por supuesto, todavía es pronto para hablar de una implementación de esta tecnología, y mucho camino le queda por delante para mejorar el servicio y solucionar ciertos aspectos (como el hecho de que las ondas de luz usadas no puedan sobrepasar las paredes).
Con todo, el interés de varias empresas en comercializar este servicio y el paso dado en Estonia auguran un futuro optimista. Y a la velocidad de la luz (bueno, vale, no tanto).
Fuentes: International Business Times | Xataka Móvil
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