07/09/2011.- Iniciar un cambio de compañía móvil para conseguir que la operadora actual regale o rebaje significativamente el precio de un smartphone, lo que popularmente ya se conoce como hacer un amago, se ha convertido en una práctica habitual.
Tanto, que se ha convertido un enorme problema económico para las principales operadoras.
Movistar, Vodafone y Orange, quieren ponerle freno a este hábito que cada año les supone un desembolso de unos 1 600 millones de euros, prácticamente lo mismo que invierten en sus redes, según recoge El País.
¿Cómo pretenden paliar los efectos de los amagos? Solicitando una modificación de la Ley.
Para ello las 3 operadoras se han puesto de acuerdo y le han pedido a la Comisión del Mercado de Telecomunicaciones, el órgano que regula este sector, que prohíba la cancelación por parte del cliente una vez que este haya iniciado los trámites de portabilidad.
Esta medida podría llevarse a cabo aprovechando la modificación prevista para los cambios de compañía en solo 24 horas que entrará en vigor el próximo verano.
Los usuarios también salen perdiendo
Por su parte, las OMV también son partidarias de que se acabe con los amagos y las contraofertas, como denunciaron hace algunos meses también ante la CMT.
En el otro lado de la balanza se sitúan los clientes, que parecen ser los grandes beneficiados por las subvenciones.
Sin embargo, hacerse con un iPhone 4 o cualquier otro smartphone de última generación a un precio irrisorio acaba saliéndole muy caro a la gran mayoría de los usuarios: el 76% acaba pagando de más, tal y como muestran los resultados de un reciente estudio.
La razón es la obligación que imponen las operadoras durante periodos de permanencia que se prolongan hasta 2 años con altos consumos mínimos mensuales (tanto en voz como en datos) que no se suelen ajustar al verdadero consumo del abonado.
