Esta situación ha forzado que las operadoras estén rebajando sus tarifas entre un nueve y un diez por ciento por cada minuto de conversación de los clientes. Pese a todo, la situación para el usuario parece no haber cambiado porque las tarifas nominales no han variado.
El precio de las llamadas entrantes también se ha recortado entre el once y el quice por ciento al trasladar las empresas a los usuarios gran parte de los recortes de los precios de interconexión -lo que un operador cobra a otro por terminar una llamada-, que están regulados por la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT).
En cualquier caso, las rebajas de Vodafone y, especialmente Telefónica Móviles, resultan más significativas que las de Amena, que factura unas tarifas nominales superiores a las de sus rivales.
La introducción de operadores móviles esta considerada por las tres grandes de la telefonía como una gran amenaza regulatoria. Mientras tanto el Gobierno central ha elevado un mandato a la CMT para que estudie los niveles de competencia del sector en España.