A partir de agosto hablar desde otro país costará, como máximo 0,57euros por minuto. Hasta ese momento, la tarifa media es de 1,45euros, por lo que la reducción es del 60%.
Recibir llamadas seguirá suponiendo un gasto, pero también menor: 0,28euros como máximo.
Las operadoras opinan que este nuevo reglamento puede suponer la reducción de una importante parte de sus ingresos y que en algunos casos tendrán que prestar el servicio de roaming por debajo del coste. Por ese motivo es posible que traten de compensar esta reducción con un ajuste al alza de las llamadas en territorio nacional.
La aplicación de las nuevas tarifas comenzará dentro de tres meses. Hasta entonces, las operadoras pueden seguir cobrando los precios actuales.

