Qualcomm promete un 80% de batería en 35 minutos con sus nuevos procesadores
A falta de más duración, buena es la carga rápida
Quick Charge 3.0 también consigue alargar la vida útil de la batería.

Un usuario intensivo debe hacer malabarismos para tener que poner a cargar su móvil, al menos, una vez al día.
El mayor problema al que tienen que hacer frente los smartphones en la actualidad se encuentra, paradójicamente, en su interior. A más servicios y utilidades, mayor consumo de energía, lo que hace que los usuarios tengan que vérselas y deseárselas para no quedarse sin batería fuera de casa.
Remedios, hay muchos; e investigaciones y proyectos para conseguir, en un futuro (esperemos) no demasiado lejano, baterías más duraderas, pequeñas y ligeras que no impliquen tener que cargar con un móvil de enormes proporciones.
Pero más allá de las baterías externas y otros artilugios, los fabricantes han encontrado una solución con la que, al menos, hacer más llevadera esta especie de dependencia energética: la función de carga rápida.
Bien es cierto que son pocos los terminales que cuentan con esta tecnología, pero es obvio que, poco a poco, esa lista se irá ampliando tanto en número de smartphones, como en categorías de los mismos (lo ideal es no limitarlo a la gama alta, ¿verdad?).
En esta línea, Qualcomm tiene ambiciosos planes con su Quick Charge 3.0, la nueva tecnología de carga rápida que será compatible con las últimas novedades de su catálogo de procesadores: Snapdragon 820, 620, 618, 617 y 430.
Quick Charge 3.0 de Qualcomm ofrece una velocidad de carga un 27% más rápida que su predecesor, logrando, según sus responsables, llegar al 80% de batería con solo 35 minutos de carga.
Ello es posible gracias a un nuevo algoritmo que hace más eficiente el proceso de carga, INOV (Negociación Inteligente para la Optimización del Voltaje). Y eso sin acortar la vida de la batería, sino todo lo contrario.

El Samsung Galaxy S6, por ejemplo, es compatible con la tecnología Quick Charge 2.0 de Qualcomm.
La tecnología de Qualcomm alarga la vida útil de la batería, ya que controla mejor el calentamiento al reducir un 45% la disipación de energía. Es eficiente hasta el punto de reconocer cuánto voltaje necesita cada aparato, adaptándose para lograr que la carga sea lo más rápida posible.
A principios de 2016 es probable que veamos los primeros terminales (smartphones y tablets) compatibles con esta tecnología que, por cierto, también funciona con conectores USB Type-C (además de Type-A y micro USB).
Mientras tanto…
Activar la función de carga rápida si nuestro smartphone tiene la suerte de disponer de ella es uno de los consejos más evidentes a la hora de cargar el móvil en menos tiempo.
Vivimos con prisas, por lo que perder el tiempo para cargar el móvil no es una opción para muchas personas. Por ello, es recomendable seguir algunas pautas para asegurar que ese mensaje de WhatsApp no se queda a medias:
- Conectar el teléfono al enchufe, no a un USB. La mayor potencia influye, como es lógico, en el tiempo de carga.
- Usar un cargador original. No solo por asegurar la integridad de nuestro terminal, sino porque la elección de amteriales más baratos se traduce en un periodo de carga más largo.
- Apagar el móvil. O activar el modo avión. Al consumir menor energía, el móvil se cargará antes.
- Retirar la funda o carcasa protectora. Las baterías de iones de litio funcionan mejor a baja temperatura, por lo que conviene quitar estos complementos para facilitar el proceso.
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