El virtual de círculos negros dependió del amarillo hasta 2016
Orange le arrebata República Móvil al grupo Masmóvil
Fuentes del sector aseguran que el cuarto operador estaba interesado en hacerse con este OMV, pero la multinacional francesa ha hecho valer su derecho de tanteo para comprarlo.

Orange puede presumir de haber logrado un trofeo con la compra de República Móvil porque se lo ha arrebatado a uno de los rivales más agresivos que tiene actualmente este sector: el grupo Masmóvil.
¿Por qué Orange compra República Móvil? ¿Qué le aporta al segundo operador del mercado añadir a su colección de marcas la de un OMV con 130.000 líneas móviles con un modelo de negocio tan similar al de Simyo, que acaba de superar el millón de clientes? Estas son algunas de las preguntas que se hace hoy el mercado ante la sorprendente noticia de que la multinacional gala se haya hecho con esta empresa a la que le alquila su cobertura móvil.
La explicación es puramente estratégica. Según ha podido conocer Movilonia.com, la operación de venta de República Móvil prácticamente estaba cerrada con el grupo Masmóvil, pero Orange, finalmente, ha ejercido su derecho de tanteo y se ha quedado con el OMV para arrebatárselo a su competidor.
«Orange no adquiere República Móvil porque lo necesite, sino porque quiere pararle los pies al grupo Masmóvil«, comenta una fuente conocedora del trato que prefiere no ser citada.
República Móvil dependió de Masmóvil hasta 2016
La adquisición que se ha confirmado hoy de forma oficial a través de un comunicado remitido por Orange, no solo resulta llamativa desde el punto de vista de concentración del mercado (República Móvil era uno de los OMV independientes más grandes), sino también por la trayectoria que este operador ha tenido en sus primeros cinco años de vida.
El proyecto llegó al mercado a finales de 2013 de la mano de Carlos Vecino, un exdirectivo de Vodafone, entre otros socios. Sin embargo, el que fuera el director de marketing de clientes particulares del OMR rojo, no contó con su antigua compañía para prestar sus servicios, sino que lo hizo gracias a Phone House (a través de su filial Xtra Telecom) que, en aquellos momentos competía bajo la marca Happy Móvil, entre otras enseñas, a través de la cobertura de Orange.
Pocos meses después, tras la fusión entre Masmóvil e Ibercom, el actual cuarto operador inició una serie de compras, entre las que destacó la de Xtra Telecom y las marcas a las que prestaba servicio (Happy Móvil, República Móvil, Opencable…)
El cambio de dueños no tuvo efectos inmediatos. En 2016 República Móvil ya había reunido una cartera de clientes lo suficientemente grande como para no tener que depender de Masmóvil, sino que ya tenía suficiente volumen como para negociar directamente con Orange.
Pero el hecho de que República Móvil abandonase el nido precisamente en esos momentos complicaba la expansión del grupo Masmóvil, que estaba trabajando en dos operaciones muy relevantes: la compra de Pepephone (una compra que le costó 158 millones de euros) y, sobre todo, la de Yoigo (612 millones de euros).

El divorcio entre República Móvil y Masmóvil no fue amistoso. Pero el tiempo lo cura todo y dos años después de su ruptura, el cuarto operador quiso volver a retomar la relación.
De modo que el equipo capitaneado por Meinrad Spenger intentó por todos los medios que República Móvil se quedara bajo su paraguas. Pero, a pesar de la contraoferta que les hicieron, Carlos Vecino y sus socios decidieron pasar a depender directamente de Orange.
No lo tuvieron fácil. Y, de hecho, hubo denuncias cruzadas entre ambas compañías, que acabaron con sanciones por parte de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.
Orange ejerce su derecho de tanteo, como también hizo con Simyo
En el mercado de la telefonía pasa como en el de la política: se hacen extraños compañeros de cama. Y el grupo Masmóvil, dos años después, ha querido recuperar a su ex a golpe de talonario.
No ha podido ser. Orange, como proveedor de red de República Móvil, contaba con la opción de quedarse con este OMV por el mismo precio que hubiera desembolsado el conglomerado amarillo (o cualquier otra empresa u operador que hubiera pujado por ellos). Es lo que se conoce como derecho de tanteo.
En 2012 la marca naranja ya empleó esta fórmula para quedarse con Simyo. Al ser su proveedor de red tenía preferencia sobre el resto a la hora de adquirir este OMV.
Y en un sector tan competitivo como este, una de las formas de crecer consiste en comprar a los rivales. Para Orange la operación, de la que no ha trascendido la cifra, pero que gracias a su enorme volumen de negocio debe resultar una cifra poco relevante, le permite retener 130.000 líneas bajo su red y evitar que se vayan a la de un competidor (Yoigo). De modo que gana por partida doble: ellos no pierden y, de paso, evita que otros ganen.
Movilonia.com ha contactado con los tres operadores, Orange, República Móvil y el grupo Masmóvil, pero no han querido confirmar estos detalles alegando que forman de una negociación confidencial y privada. Desde el OMV comprado se muestran muy satisfechos con la compra porque les permite seguir desarrollando su concepto de operador. La parte compradora asegura que les permite afianzar su estrategia multimarca. Y desde el cuarto operador, por el momento, no se han pronunciado sobre este asunto.
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Lo que faltaba, yo soy de República móvil y me va de maravilla. Ahora con Orange ya no será así.
Me pregunto en qué te basas para afirmarlo
Se basa en Orange, claramente
Por experiencia todas las OMR que han comprado compañías las han destrozado.
Hay que mirar la hemeroteca, para fijarse que los clientes ya no están tan contentos. Atención al cliente, gIgas que se consumen más rápido etc.
Yo tengo que decir que llevo años con Masmovil y estoy encantado. Orange no tiene nada que ofrecerme que me interese. Además, tiene una extraña pelea entre querer ser con las grandes compañías, pero luego tiene que competir con las emergentes… Como MasMovil