Con comida, bebida, familia y amigos de por medio, el smartphone sobra
En la mesa, móviles fuera
El teléfono móvil se ha convertido en el nuevo televisor.

Este gesto estando sentados a la mesa es ya tan común como hacer un brindis.
12/11/2015.- El teléfono móvil hace tiempo que se ha convertido en, prácticamente, una extensión de nuestro cuerpo. Con todo, el hecho de que muchos aspectos de nuestro día a día, sobre todo en el terreno profesional, dependan de este terminal no justifica su uso en cualquier situación.
Porque aunque las normas de protocolo y educación puedan variar significativamente en función del momento y del ámbito cultural en el que nos encontremos (entre otros factores), existen una serie de máximas que deberían ser respetadas.
Un reciente estudio sobre los hábitos de consumo de los norteamericanos llevado a cabo por el PewResearchCenter mostraba la opinión de los usuarios respecto a cuándo es conveniente o no usar el teléfono móvil. La mayor parte de las personas consideraron inadecuado utilizar estos dispositivos en la iglesia, en el cine y otros lugares donde se debe estar en silencio, en una reunión de trabajo y en una comida familiar o en un restaurante.
Este último aspecto ha llegado a llamar la atención del Papa, que ha mostrado su preocupación por el creciente uso de los smartphones cuando se está a la mesa, lo que también se conoce como phubbing.
Hasta algunos restaurantes ofrecen descuentos y promociones especiales a los comensales que no utilicen el móvil mientras estén comiendo.
Por supuesto, cada cual es libre de hacer lo que quiera y no se trata de imposiciones, pero existen una serie de normas de comportamiento que conviene, al menos, tener en cuenta:
- Para evitar tentaciones, siempre que no estemos esperando una llamada vital (y hacemos hincapié en lo de ‘vital’) no hay mejor prevención que apagar el móvil o, como mínimo, ponerlo en silencio.
- Nada de dejar el smartphone sobre la mesa. Es una cuestión de comodidad (más espacio), seguridad (evitar robos o accidentes con líquidos) y respeto.
- Puede que tu perfil de Instagram sea genial, pero no es necesario sacar una foto de cada plato que llegue a la mesa. Y mucho menos hacer una sesión de cada uno.
- En el caso de los padres, no hay mejor lección que predicar con el ejemplo. Móviles en la mesa, no.
- En caso de recibir una llamada o mensaje urgente (aunque pocos asuntos de vida o muerte se comunican por WhatsApp), hay que disculparse y levantarse para hablar.

¿Realmente es tan importante ese mensaje de WhatsApp?
- Dicha conversación no debería alargarse más de la cuenta y, sobre todo, no hay que hablar a gritos.
- Nada de jugar a ser ninja: ¡no se mira el móvil debajo de la mesa!
- Cualquier actualización de redes sociales puede esperar. Nuestros seguidores y contactos podrán soportarlo.
- Ver alguna foto o vídeo puntual puede ser divertido, pero sobre todo, en el caso de los segundos y si estamos en un sitio público, hay que evitar poner el volumen a tope.
- Dar el móvil a un niño para entretenerle puede ser una buena idea puntual, pero que juegue a Angry Birds sin volumen.
- Pedir una foto al camarero está bien, pero no le pagan por sacar 20.
Como suele ser habitual en estos casos, lo que debe imperar siempre es el sentido común y las normas más básicas de educación. Respetarlas o no ya es una cuestión personal y que dependerá de cada situación.
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