El éxito de la aplicación es un arma de doble filo para los usuarios
Los timos más comunes en WhatsApp
Las esperadas llamadas o la versión de escritorio sirven de gancho para captar a incautos.

En ocasiones, hay que ser precavido a la hora de utilizar WhatsApp. Imagen: Kaspersky
13/04/2015.- Cuando una aplicación goza del éxito del que tiene WhatsApp, es normal que sirva como reclamo para usuarios con fines poco nobles. La popularidad de la plataforma adquirida por Facebook es un arma de doble filo que trae consigo no solo buenas cifras y expectativas de éxito, sino un buen número de intentos de fraude y malware.
No han sido pocas las veces que WhatsApp ha sido el centro de ataques por parte de los ciberdelincuentes. No en vano, una base de más de 700 millones de usuarios activos al mes es un objetivo demasiado apetecible como para dejarlo pasar.
Estas son las estafas más comunes en WhatsApp:
· Falsa invitación a las llamadas de voIP. Por el momento, solo disponibles para dispositivos Android, las llamadas de WhatsApp no precisan de la descarga de una aplicación adicional ni de rellenar un formulario con datos personales. Huele a fraude y lo es, y su único objetivo es suscribir al usuario a un servicio de SMS Premium.
· Versión de escritorio fraudulenta. Al igual que con las llamadas, los hackers han creado portales específicos que solo buscan suscribir al usuario a un número de tarificación adicional que, a buen seguro, supondrá un susto al recibir la factura mensual. También puede ocurrir que al descargar la supuesta versión de escritorio de WhatsApp lo que realmente consigamos es introducir un troyano en nuestro ordenador que robará información confidencial.
· El polémico doble check azul. A sabiendas de que muchos usuarios lo consideraron un ataque a la privacidad, los hackers desarrollaron servicios fraudulentos con el aparente fin de desactivarlo pero que, en realidad, llevaba (una vez más) a servicios de SMS Premium.
· Oro parece, WhatsApp no es. Un clásico entre los fraudes en torno a la aplicación de mensajería. Una supuesta versión VIP de WhatsApp que precisaba del número de teléfono para su descarga. La sorpresa llegaba con la suscripción a un servicio de envió de mensajes de texto en el que cada SMS recibido costaba 1,4 euros.

Tanto la Policía como la Guardía Civil han alertado en las redes sociales de los riesgos de este tipo de fraudes.
· Un contestador que no es tal. WhatsApp nunca ha contado con un servicio de contestador, pero poco importa a la hora de pillar incautos. El usuario recibe un correo electrónico en el que se le avisa de que tiene un mensaje de voz en WhatsApp. Al darle al play, se descarga un software malicioso y… fin de la partida.
· Espiando, que es gerundio. Existen alternativas no oficiales que permiten, hasta cierto punto, espiar a los contactos de WhatsApp; pero como suele ocurrir con estos servicios alternativos, otros tienen fines aún más negativos, como WhatsApp Espía, cuya única función es colar malware en el smartphone.
Fuente: Panda Security
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