Hablamos con Alberto Valero, director de educación de bq, que avanza todas sus posibilidades
Impresoras 3D y móviles: una alianza con mucho futuro
La personalización, el verdadero potencial de esta unión. Aunque no es el único, también sirve para diseñar prototipos.

¿Qué posibilidades abre la impresión 3D a la tecnología móvil?
Cada poco tiempo aparecen nuevos modelos de smartphones con características únicas que pretenden posicionarse a la vanguardia del sector. Ejemplos no faltan, como el Project Ara, el teléfono modular desarrollado por Google. Mientras tanto, la tecnología móvil busca nuevos aliados que permitan un desarrollo aún más rápido. Los smartphones son una navaja suiza con la que poder tener cualquier herramienta al alcance de la mano a un precio cada vez más asequible. Pero, ¿y si pudiéramos crear nuestro propio accesorio, repuesto o incluso nuestro propio teléfono? Impresoras 3D y móviles están cerca de convertirse en un binomio perfecto.
En este sentido la impresión 3D han abierto un mundo de posibilidades donde el Do It Yourself (DIY o háztelo tú mismo) está ganando cada vez más adeptos. Y no nos hace falta irnos muy lejos, pues la española bq es una de las empresas pioneras en este sector. En 2013 la compañía, con sede en Madrid, decidió apostar por esta tecnología con el lanzamiento de la impresora 3D bq Witbox. Pero, ¿cómo pueden ayudar realmente las impresoras 3D al desarrollo de smartphones?
Movilonia.com ha entrevistado a Alberto Valero, director del departamento de Educación de bq, para conocer qué posibilidades abre esta posible alianza. «Gracias a la impresión 3D se pueden crear accesorios únicos. El grado de personalización unido al mundo de fundas o carcasas puede llegar a impactar mucho, y de hecho, es susceptible de que se convierta en un negocio», comenta. Tan solo es uno de los ejemplos de las posibilidades que ofrece la impresión 3D «en un terreno aún por explorar», pero con varias a líneas a seguir y que ya se comienzan a definir.
«Asumiendo que en un futuro las impresoras 3D sean habituales en muchos hogares, la empresa podría vender el diseño y la propia persona imprimirlo en su casa. Entonces la compañía ya no fabrica, sino que diseña. Es un modelo que tiene potencial y sucederá en la medida que creemos máquinas más fiables, de calidad y de todo el negocio que surja alrededor suyo», opina el director de departamento educativo de bq.
Por el momento, la realidad es que a la cultura de impresión en 3D aún le queda mucho camino por recorrer, con precios alejados de los bolsillos de un consumidor medio, aunque eso no priva de que ya podamos disfrutar de sus beneficios. Otra de las posibles vías de negocio, ya en funcionamiento en muchas empresas, deja toda la producción en manos de la propia compañía. Es decir, el diseño y fabricación se hacen desde bq, por lo que el cliente final solo se limita a recibir el producto.

Bq distribuye desde su tienda online carcasas fabricadas mediante impresión 3D.
Impresión 3D sí, pero en tiradas cortas
La ciudad de Shenzen, conocida por muchos como el Silicon Valley chino, es el origen del gran número de componentes que muchos de nuestros dispositivos albergan en su interior. Pero, ¿es posible que centros de producción como este puedan ver reducida sus tiradas gracias a las impresoras 3D? En este sentido Alberto Valero lo tiene claro. «Utilizar impresoras 3D para la fabricación masiva no es rentable, ni por tiempo ni por costes. No es una herramienta que vaya a sustituir los modelos tradicionales de fabricación que ya existen», afirma.
Así que, si no puedes contra tu enemigo, únete a él. Las impresoras 3D pueden asentarse como el complemento perfecto en el propio desarrollo de estos dispositivos de nuestro día a día. «En donde sí son de gran utilidad las impresoras 3D es en la creación de prototipos con los que ir realizando pruebas poco a poco. Una vez que estos funcionan ya se recurre a los modelos tradicionales», comenta Alberto.
Recientemente, bq ha dado un nuevo impulso a su imagen corporativa, haciendo aún más hincapié en su lado más educativo, un aspecto en el que la impresión 3D adquiere también verdadera importancia. Prueba de ello lo encontramos en las Jornadas a la introducción y a la robótica, la programación y la impresión 3D que imparte la compañía todos los meses desde hace ya un año. Tal y como comenta el director de Educación de bq «la acogida de estos proyectos es muy buena», un hecho que ha derivado en que la propia empresa imparta el curso también en el mes de julio.
Por ahora el ritmo de ventas goza de buena salud. La propia bq ya distribuye impresoras 3D nada menos que a 60 países como Australia o Arabia Saudí alcanzando, eso sí, todavía unas ventas modestas de apenas 500 unidades al mes. «Las expectativas se han cumplido, pero los resultados tienen margen para ser muchos mejores», asegura.
¿Un móvil personalizado a nuestro gusto? Por el momento, a falta de la llegada de proyectos como el de Project Ara, bienvenidas sean las posibilidades que nos ofrecen las impresoras 3D.
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