Es difícil reconocer el problema
El teléfono móvil genera adicción
Cada día aumenta el número de personas que sufre ansiedad con la simple idea de apagar su aparato o desconectarse de internet unos minutos.

El teléfono móvil genera adicción.
19/01/2007.- Fueron concebidos para hacernos la vida más fácil. Sin embargo, según un estudio realizado por la Universidad de Florida en Gainesville (Estados Unidos), los móviles pueden producir el efecto contrario si son utilizados de manera incorrecta. Tanto es así que incluso provocan adicción, ya que hay personas que no encuentran el momento de apagarlos.
»No se trata tanto del tiempo que pasamos hablando por teléfono, aún cuando puede ser también un problema, sino de la necesidad de algunas personas de estar conectadas para saber qué pasa en el mundo y estar permanentemente disponibles», señaló Lisa Merlo, profesora de psiquiatría de la Universidad.
»Esta es una de las características de la adicción a los teléfono móviles», aseguró Merlo, y explicó que, a diferencia de la adicción al alcohol, las drogas o el juego, »resulta más difícil precisar la problemática del uso de los móviles».
Revisar el buzón y enviar mensajes compulsivamente, un síntoma
El estudio destaca que un creciente número de personas que se ven obligadas a apagar sus móviles sufren estados de ansiedad o, en el caso de que olviden el teléfono en casa, no pueden disfrutar de la actividad que desarrollan. A menudo, subrayó Merlo, los ‘adictos’ a los móviles revisan compulsivamente el buzón de voz y de texto de sus teléfonos.
Además, la psiquiatra advierte de que este abuso llega a ser especialmente problemático cuando la persona padece depresión o ansiedad, ya que este estado puede exacerbarse si no se toman medidas.
Así, por ejemplo, alguien que está preocupado por lo que otros piensan puede »fácilmente entrar en un estado de agitación si no le devuelven de inmediato las llamadas o los mensajes de texto que envió», acota Merlo.
El uso excesivo de los móviles se asocia a ciertos patrones de conducta que incluyen la necesidad de la persona de »usar algo para sentirse bien o sufrir un estado de retraimiento si es privado de ello».
Merlo recomienda tanto a los usuarios que reconocen tener problemas como a los padres de hijos obsesionados con sus móviles utilizar teléfonos más básicos con menos funciones y establecer límites sobre dónde y cuándo emplearlos.
«Los móviles son útiles en muchas situaciones», precisa, pero es conveniente apagarlos durante una parte del día y «centrarnos en la familia o en las tareas y saber que los mensajes que nos envíen todavía estarán allí» cuando encendamos de nuevo el teléfono.