El objetivo es “divertirse en un campamento como los de toda la vida”
La naturaleza como antídoto a la dependencia al móvil
En la comarca catalana de La Cerdaña varios jóvenes han ganado un concurso para organizar un campamento en el que están excluidos dispositivos electrónicos.

Acción que ningún joven que acuda a este campamento de verano puede realizar.
Desconectar del móvil es para muchos jóvenes una misión imposible. Algo lógico teniendo en cuenta que las nuevas generaciones nacen con un smartphone bajo el brazo.
No obstante, con el objetivo de «desintoxicar de lo digital», seis jóvenes de La Cerdaña (una zona pirenaica situada en la frontera entre España y Francia) han construido un campamento de verano donde solo se exige un requisito: no llevar móvil.
Campamentos sin móvil: Desconectar es posible
Uno de los impulsores del campamento sin móvil: «El fin es divertirse sin depender de las redes sociales»
«El fin es divertirse en un campamento como los de toda la vida», comenta Bernard Nebreda, de 24 años, uno de los impulsores de esta iniciativa. Este joven y sus amigos recibirán una subvención de 2.000 euros para desarrollar este proyecto, nacido en el Consejo Comarcal de La Cerdaña y el ayuntamiento de Puigcerdá, en Girona.
Este campamento offline, como el propio Nebreda define, pretende demostrar a jóvenes de entre 16 y 20 años que «se pueden divertir sin depender de las redes sociales y la comunicación por móvil».
«Mucha gente joven es totalmente dependiente del teléfono móvil, así que queríamos ofrecer una alternativa«, comenta este joven monitor en el medio de actividades en el medio natural, y que lleva ligado durante bastante tiempo a asociaciones que organizan actividades deportivas y al aire libre.

Reacción simulada ante la amenaza de quedarse sin móvil.
Tanto Nebreda como sus compañeros contarán con la colaboración del Consejo Comarcal, a la que tendrán que comunicar las fechas y el lugar donde finalmente se llevará a cabo esta iniciativa. En lo que se refiere a este último punto, los usuarios se deben ubicar en un lugar exclusivo. «Si convivimos con otros grupos de jóvenes, estoy convencido de que usarán el móvil y no habremos conseguido el efecto de aislar que estamos buscando«, afirma.
«Los campamentos de verano son muy divertidos», comenta Nebreda, quien espera poner en marcha este proyecto durante este verano, ya que las bases del propio concurso establecen que debe realizarse antes de octubre del mismo año. «Queremos concienciar a los jóvenes de que la desconexión de Internet es posible y que la vida sin las redes sociales tiene numerosos atractivos que se están perdiendo», finaliza.
Desconectando del smartphone
La idea de este grupo de jóvenes es una de las reacciones a la adicción al smartphone (también conocido como nomofobia) que sufren muchos jóvenes. Se trata de una solución temporal a un problema que puede llegar a límites peligrosos. Fruto de ello fue la aparición de centros en la que se trata la dependencia al móvil y otros dispositivos electrónicos.
Una cuestión que traspasa fronteras y que puede incluso a llegar a ser una cuestión de Estado. En Francia, por ejemplo, el gobierno ha reformado la legislación para prohibir llevar el móvil a clase a los alumnos de primaria y secundaria.
Un tema cuyo debate también se ha trasladado en España con opiniones dispares. Porque, a pesar de los intentos por equilibrar su uso, parece difícil que unos dispositivos tan esenciales en nuestro día a día no puedan sortear cualquier barrera.
¡Claro que somos “adictos” al móvil! ¡Y a la electricidad, al agua corriente…!
Vía: La Razón