Aceptarlos es el primer paso en para lograr la rehabilitación
10 malos hábitos con el teléfono móvil
Usar el smartphone mientras conducimos es, probablemente, el peor de todos.

Un clásico que, por desgracia, hay quien se resiste a perder: usar el móvil en el cine.
07/02/2016.- Lo malo de convertir un acto en rutina es que se tiende a caer en el error de coger malos hábitos al realizarlo. Y si hay algo que todos hacemos a diario (y en múltiples ocasiones) es usar el teléfono móvil.
Sobre todo cuando con el smartphone es posible hacer prácticamente cualquier cosa, lo que convierte estos dispositivos en un arma de doble filo que no hay que tomar a la ligera.
«Un gran poder conlleva una gran responsabilidad«, decía el tío Ben a Peter Parker en la famosa franquicia de comics Spider-Man. En ese sentido, tener un dispositivo tan poderoso entre las manos implica saber usarlo.
Porque, ¿quién no tiene alguno de estos malos hábitos con el móvil?
- Enviar mensajes o llamar estando borracho. Cuenta la sabiduría popular que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad. Pues bien, la sinceridad está sobrevalorada; especialmente cuando se tiene un móvil a mano y alguien de nuestro entorno por el que no guardamos especial simpatía (un/a ex, el jefe, un compañero de trabajo…).
- Sacar vídeos y fotos en los conciertos. Sí, a todos nos gusta guardar algún recuerdo de un evento especial, pero de ahí a ejercer de enviado especial de la BBC en todos los conciertos a los que se asista hay un trecho.

Esta foto debe de estar trucada: ¿un concierto sin móviles ni cámaras digitales grabando? ¿Cómo se van a enterar mis amigos de Facebook de que he ido a ver a Los Fresones Rebeldes en unplugged?
- No desconectar en vacaciones. No hablamos de estar pendiente a los correos del trabajo (que también), sino a estar pegado al smartphone todo el rato y no soltarlo ni estando en la playa (lo cual, dicho sea de paso, puede ser un billete directo al soporte técnico). Las vacaciones están para desconectar del mundo y olvidarse de la rutina. ¡Ya habrá tiempo de estar consultando WhatsApp todo el día!
- Exceso de control. Hablando de WhatsApp, pocas cosas han hecho más daño que la última conexión, el doble check y el doble check azul en las relaciones personales. Si te ha leído y no te ha respondido, relax, ya lo hará. O no, pero no te obsesiones.
- Hacer un photo book de cada comida. Estamos seguros de que el mundo vive pendiente de saber qué comes y de averiguar cuántos filtros puedes poner a las fotos antes de subirlas a Instagram, pero la verdad es que la comida fría sabe peor.
- Hablar a gritos. Da igual que apenas haya cobertura, que sea una discusión o que haya mucho ruido ambiental, los que estamos alrededor no tenemos por qué llevar tapones para poder soportar los gritos ni los numeritos.
- Los selfies. No solo pueden ser peligrosos (en India los han prohibido, de hecho), sino que además son un tanto ridículos, para qué negarlo.
- Usar el móvil al volante. La madre de todos los errores, y por razones obvias. Lo peor de todo es que a pesar de que sabemos perfectamente el riesgo que supone este mal hábito, seguimos cayendo en el error.

Ese «solo estaba leyendo un mensaje» puede tener graves consecuencias.
- Usar el móvil en el cine. Una falta de respeto a tus acompañantes, al resto de la sala y, qué demonios, también para toda la gente que está detrás de la película que (no) estás viendo.
- No vivir en el presente. Estrechamente relacionado con el punto de los conciertos y las comidas: disfruta el ahora y olvida por un momento las redes sociales.
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